Mitos y Realidades Sobre Salud Mental
A menudo la gente tiene miedo de hablar sobre la salud mental porque hay muchos malentendidos sobre las enfermedades mentales.
Es importante conocer las realidades para parar la discriminación y para empezar a tratar a la gente con enfermedades mentales con respeto y dignidad. He aquí algunos mitos y realidades comunes sobre la salud mental.
Los mitos y realidades más frecuentes sobre salud mental:
Mito: No hay esperanza para la gente con enfermedades mentales.
Realidad: Hay más tratamientos, estrategias, y apoyo de la comunidad para la gente con problemas de salud mental que nunca antes, e incluso más se divisan en el horizonte. Las personas con este tipo de dificultades pueden llevar vidas activas y productivas.
Mito: No puedo hacer nada por alguien con una enfermedad mental.
Realidad: Podemos hacer mucho más de lo que piensa la mayoría de la gente. Comenzando por la forma en que actuamos y hablamos, podemos crear un ambiente que dé fuerzas a la gente y promueva una buena salud mental. Por ejemplo:
- Evite calificar a la gente con palabras como “loco”, “chiflado”, “tarado”, o por su diagnóstico. En lugar de decir que alguien es “esquizofrénico”, diga que es “una persona con esquizofrenia”.
- Conozca toda la verdad sobre la salud mental y compártala con otros, especialmente si oye algo que no es cierto.
- Trate a la gente con enfermedades mentales con respeto y dignidad, como lo haría con cualquier otro.
- Respete los derechos de la gente con enfermedades mentales y no los discrimine en cuanto a vivienda, empleo, o educación. Como otra gente con discapacidades, la gente con carencias de salud mental está protegida por las leyes federales y estatales.
Mito: La gente con enfermedades mentales es violenta e impredecible.
Realidad: En realidad, la gran mayoria de la gente en esta situación no es más violenta que cualquier otra persona. Hay grandes probabilidades de que usted conozca a alguien con una enfermedad mental y usted ni siguiera lo sepa.
Mito: Las enfermedades mentales no pueden afectarme.
Realidad: Las enfermedades mentales son sorprendentemente comunes; afectan a casi todas las familias de América. Las enfermedades mentales no discriminan – pueden afectar a cualquiera.
Mito: Enfermedad mental equivale a retraso mental.
Realidad: Son dos trastornos diferentes. Un diagnóstico de retraso mental se caracteriza por las limitaciones en el funcionamiento intelectual y por dificultades con ciertas destrezas de la vida cotidiana. Por contraste, la gente con enfermedades mentales – condiciones de salud que pueden conllevar cambios en el pensamiento, humor y comportamiento de la persona – presenta gran variedad de funcionamiento intelectual, exactamente como con la población general.
Mito: Las enfermedades mentales aparecen como consecuencia de la debilidad de carácter.
Realidad: Las enfermedades mentales son producto de la interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales. Los estudios científicos muestran que los factores genéticos y biológicos están asociados con la esquizofrenia, depresión, y alcoholismo. Influencias sociales como la pérdida de un ser querido o del empleo, también pueden contribuir al desarrollo de varios trastornos.
Mito: La gente con enfermedades mentales no pueden tolerar el estrés de tener un empleo.
Realidad: En esencia, todos los empleos son estresantes hasta cierto punto. La productividad se maximiza cuando hay una buena combinación entre las necesidades del empleado y las condiciones de trabajo, tenga o no la persona carencias de salud mental.
Mito: La gente con carencias de salud mental, incluso los que hayan recibido un tratamiento efectivo y se hayan recuperado, tienden a ser trabajadores de segunda fila en el trabajo.
Realidad: Los empleadores que han contratado a personas con enfermedades mentales informan de una buena asistencia y puntualidad, así como motivación, calidad de trabajo, y tenencia del empleo a la par con otros empleados o mejor que ellos. Los estudios del Instituto Nacional de la Salud Mental (NIMH en sus siglas en inglés) y la National Alliance for the Mentally Ill (NAMI) [Alianza Nacional para los Enfermos Mentales] muestran que no hay diferencias en cuanto a productividad cuando se compara a la gente con enfermedades mentales con otros empleados.
Mito: Una vez la gente muestra enfermedades mentales, nunca se recupera.
Realidad: Estudios científicos muestran que la mayoría de gente con enfermedades mentales mejora, y muchos se recuperan por completo. La recuperación se refiere al proceso por el cual la persona es capaz de vivir, trabajar, aprender, y participar íntegramente en su comunidad. Para algunas personas, la recuperación es la capacidad de vivir una vida realizadora y productiva. Para otros, la recuperación implica la reducción o completa desaparición de los síntomas. La ciencia muestra que tener esperanza juega un papel integral en la recuperación de la persona.
Mito: La terapia y autoayuda son simplemente una pérdida de tiempo. ¿Por qué molestarse cuando se puede tomar una pastilla de las que se oye en la TV?
Realidad: El tratamiento varía dependiendo de la persona. Mucha gente trabaja con terapeutas, consejeros, sus semejantes, psicólogos, psiquíatras, enfermeras, y trabajadores sociales en su proceso de recuperación. También usan estrategias de autoayuda y el apoyo de la comunidad. A menudo, estos métodos se combinan con alguna de la medicación más avanzada disponible.
Mito: Los niños no experimentan las enfermedades mentales. Sus acciones son sólo el producto de una mala educación en la casa.
Realidad: Un informe de la Comisión Presidencial Nueva Libertad para la Salud Mental mostraba que en cualquier año, de 5 a 9 por ciento de los niños experimentan serias perturbaciones emocionales. Como cualquier enfermedad mental en adultos, estas condiciones clínicas diagnosticables son producto de la interacción de factores biológicos, psicológicos, sociales, y a veces incluso genéticos.
Mito: Los niños se comportan mal o fallan en la escuela para atraer la atención.
Realidad: Los problemas de comportamiento pueden ser síntomas de trastornos emocionales, mentales o de comportamiento, en lugar de simples estratagemas para atraer la atención. Estos niños pueden tener éxito en la escuela con la comprensión, y servicios de salud mental.
Fuente: Promoteacceptance.samhsa.gov
Comentario personal:
Este tema es uno de los más básicos del porqué abrí la sección De Psicología y NO-LOCOS en mi blog. Me decepcioné profundamente en mi clase, cuando una de mis compañeras, insinuó algo así como: "Los psicólogos son para los locos" (me sentí como en una película de terror, de hecho, me dio muchísimo miedo).
La salud mental y todo lo relacionado con ella (incluyendo los métodos, y los doctores que la tratan) son siempre buena fuente de misterio y suposiciones erróneas alimentadas por el cine y la TV (que muy a menudo, caen en grandes incorrecciones, solo por ganar dinero, obvio) lo cual hace que entre los más afectados por esta situación sean las personas con enfermedades mentales.
Muy a menudo (y para mi decepción) escucho a personas hasta de niveles intelectuales altos hablar sobre estas personas como si fueran desechables, como si debieran evitar su compañía o como si fueran animales rabiosos que si los sueltan te matarán.
"El aislamiento, la soledad y la discriminación matan más efectivamente al ser humano que cualquier arma en el mundo".
Las personas con este tipo de problemas saben perfectamente en qué mundo viven (y sobretodo, qué tan discriminador, ignorante y cruel puede ser) y por ende, tienden a ocultar su condición, impidiendo que reciban la ayuda que tanto necesitan, para mejorar y ser personas integrales (tengo que hacer una investigación sobre esto, varias veces, estoy oyendo el tema, nota). El mundo es uno solo y no podemos verlo en fragmentos, si alguien cerca de mí, está mal, yo también estoy mal, porque al final, todos somos uno y no varios. Todos estamos conectados y nos necesitamos.
Ahora bien, aparte de ocultar su condición, el aislamiento que provoca la discriminación sobre las personas con problemas mentales, puede llevar a sentimientos de depresión y baja autoestima, impidiendo a los padecientes que busquen o logren ayudarse a sí mismos.
"No hay peor enfermo, que el no quiere ayudarse él mismo".
La esperanza y el positivismo son motores de la vida y sin ellos, estas personas caen fácil en un abismo, del que no podrán salir. Pero los sentimientos de rechazo, cuya causa está en la discriminación (y esta en prejuicios radicados en el cine y la TV o en ideas de origen popular -¡ven!, todo es cadena-), hacen que las personas sientan (cuando más lo necesitan) nada a lo que aferrarse o que no vale la pena el esfuerzo de la recuperación, porque igual a nadie le importa.
En realidad, no sé que pensarán ustedes de lo que estoy escribiendo (y con todo mi corazón, espero no estar ofendiendo a nadie), pero sí desean (así como su servidora) ayudar en esto, podemos empezar con leer más sobre el tema y hacer algo tan fundamental como mostrar empatía y no tener prejuicios sobre..., de...
¡Saludos, gente linda!
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