"Siempre te reencuentras con quien amaste en el pasado"

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miércoles, mayo 23, 2012

Un poema, una pintura y una leyenda: Sobre el perseguir y el escapar

Y el día de hoy, leyendo "Night School de C.J. Daugherty", me he topado con un poema que me ha gustado mucho y que por desgracia no he podido leer completo (y eso que lo he buscado mucho en Internet), ni idea del título, solo tengo estas pocas líneas:

¿Escaparme yo?

Nunca.

¡Bien amada! Mientras yo sea yo,
y tú seas tú,
Siempre que el mundo
nos tenga a los dos,
Yo el amante y tú
la esquiva,
Mientras uno se evada,
que el otro persiga.
Robert Browning

Fuente: Poema y amor y el libro "Night School" de C.J. Daugherty

Palabras que me recordaron mucho a esta pintura y a su leyenda...

Apolo y Dafne. John William Waterhouse (1908)

El mito:


La leyenda del Laurel – Apolo y Dafne

Apolo, dios del sol y la música, fue maldecido por el joven Eros después de que se burlase de este por jugar con un arco y flechas. El irascible Eros tomó dos flechas, una de oro y otra de hierro. La de oro incitaba el amor, la de hierro incitaba el odio. Con la flecha de hierro disparó a la ninfa Dafne y con la de oro disparó a Apolo en el corazón. Apolo se inflamó de pasión por Dafne y en cambio ella lo aborreció. En el pasado Dafne había rechazado a muchos amantes potenciales y a cambio había demostrado preferencia por la caza y por explorar los bosques. Su padre, Peneo, le pidió que contrajera matrimonio para que así le diese nietos. Sin embargo, rogó a su padre que la dejase soltera, como la hermana gemela de Apolo, Artemisa. A pesar de esto, Peneo le advirtió que era demasiado hermosa como para mantener por siempre lejos a todos sus pretendientes.


Apolo continuamente la persiguió, rogándole que se quedara con él, pero la ninfa siguió huyendo hasta que los dioses intervinieron y ayudaron a que Apolo la alcanzara. En vista de que Apolo la atraparía, invocó a su padre. De repente, su piel se convirtió en corteza de árbol, su cabello en hojas y sus brazos en ramas. Dejó de correr ya que sus pies se enraizaron en la tierra. Apolo, no dispuesto aún a darse por vencido, abrazó el árbol y lo cubrió de ardientes besos, pero incluso las ramas retrocedían asustadas de sus labios. “Si no puedes ser mi amante”, juró el dios, “me serás consagrada eternamente. Tus hojas serán siempre verdes y con ellas me coronaré”. Desde entonces, el laurel es el símbolo de Apolo y con él se  galardona a los vencedores, artistas y poetas.


Comentario personal: 


¿Qué es lo que me gusta? En el poema, la determinación del poeta - que sea como sea, resulta admirable y ciertamente, mis respetos para Browning-, y en la pintura y en la leyenda - creo que me gusta Dafne, era algo así como "la inconquistable" y no sé ni que pensar de Apolo, ya que prácticamente se conformó - o al menos, así lo creo.

Y ustedes, ¿qué opinan?, espero sus comentarios.

¡Saludos, gente bella!



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