"Siempre te reencuentras con quien amaste en el pasado"

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miércoles, julio 04, 2012

La psicología detrás de la fiebre por Justin Bieber



Los síntomas incluyen gritos incontrolables, desmayos y largas horas en Twitter y Facebook. Afecta principalmente a niñas adolescentes y preadolescentes, sin embargo, es altamente contagiosa y puede infectar también a las madres. En casos severos, puede que los pacientes acampen durante días en las calles. "El atractivo para mí es, por supuesto, que es hermoso", dice Emma Reeves, de 15 años, de Madison, Connecticut, que ha visto a Justin Bieber dos veces en concierto. "Es difícil encontrar a alguien exitoso, agradable y que se preocupe por otras personas, y ¡él lo tiene todo!", añade.

Según los estándares de la enfermedad, la fiebre de Bieber está alcanzando niveles de pandemia global después del lanzamiento de Believe, el disco más reciente del cantante de 18 años.

En comparación con brotes anteriores de fanatismos, los científicos tienen ahora una mejor comprensión de por qué los adolescentes —en particular mujeres— se vuelven tan apasionados en relación con algunos músicos y la industria discográfica es mucho más adepta a explotar el fenómeno. Los padres de los fanáticos de Bieber pueden estar tranquilos, dicen los expertos, de que lo que parece una histeria colectiva es una etapa inofensiva en el desarrollo de la adolescencia. Ya en el siglo XIX, mucho antes de los Beatles, Elvis y Frank Sinatra, las fanáticas arrojaban su ropa al pianista y compositor Franz Liszt y se peleaban por mechones de su pelo, dicen los historiadores de la música.

Escuchar música familiar y que además es favorita estimula la liberación de dopamina, el neurotransmisor que interviene en el placer y la adicción, provocando la misma excitación que comer un chocolate o cuando un jugador compulsivo gana, dice el neurocientífico Daniel Levitin, quien pudo observar el proceso utilizando resonancias magnéticas en su laboratorio en la Universidad McGill, en Montreal.

La investigación de Levitin mostró también que los gustos musicales formados durante la adolescencia se vuelven parte del cableado interno del cerebro, ya que es en ese momento cuando algunos pasajes neurológicos están solidificándose y otros reduciéndose. Es por eso que los adultos tienden a sentir nostalgia por la música en sus años de adolescencia.

Los niños también desarrollan gustos musicales en esta etapa de la vida, pero las niñas adolescentes son mucho más propensas a caer rendidas ante las estrellas del pop, según los especialistas, debido a que están despertando a los sentimientos románticos y sexuales que son a la vez embriagadores y atemorizantes. Estar deslumbradas por una celebridad que probablemente nunca conocerán es una manera segura de poner a prueba esos sentimientos.

"Muchas jovencitas que conozco practicaron su primer beso sobre un póster. No creo que eso haya cambiado en absoluto", dice Mark Rubinfeld, profesor y director de sociología en la Universidad de Westminster, en Salt Lake City.

Los adolescentes son más propensos a seguir intensamente a deportistas, en parte por el deseo de emularlos y en parte porque apoyan a un equipo que transmite un sentido de identidad, dicen los psicólogos. Algunos incluso lo llevan hasta la adultez, como los hombres que se pintan con los colores del equipo o faltan al trabajo el día del partido.

La industria de la música alimenta las fantasías de las adolescentes mediante el fomento de estrellas con miradas dulces y juveniles tanto como le sea posible. Las canciones son cuidadosamente seleccionadas para apelar a las fantasías románticas de las niñas.

Los medios sociales han servido para acercar las celebridades a sus fans o al menos dar esa apariencia. Los 44 millones de seguidores de Bieber en Facebook y 23 millones en Twitter reciben actualizaciones cada hora sobre su paradero y lo que está pensando. Los expertos advierten que el fanatismo pasa la raya cuando los jovencitos descuidan el estudio, sus tareas en la casa y las relaciones de verdad a cambio de un amor de fantasía.


Comentario personal:

Cuando era más joven, yo también experimenté una de esas fiebres, pero la mía fue por el cantante del grupo Tokio Hotel, Bill Kaulitz. Mis padres solían decirme que eran los últimos retazos de mi adolescencia y yo les dije que amaría a Bill, por el resto de mi vida. El tiempo les dió la razón, casi siempre es así. 

Ahora, con este artículo, la explicación a este fenómeno empieza a tener ciertos haces de luz desde el punto de vista psicológico, que resultan sumamente interesantes para su servidora - creo que muchos de ustedes, ya saben que estudio Psicología -, espero que a ustedes, lectores, también les resulte interesante.

¡Un saludo!



2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Hola!

Jajaja, creo que yo también tuve uno de esos traumas-ataques-fiebres como le quieras llamar hace tiempo con los Jonas, ah! viejos tiempos, afortunadamente creo que ya estoy bien (?).

Muy padre tu blog, me gustó mucho, así que creo que andaré por aquí seguido :)

Saludos! BYE!

Anónimo dijo...

mi hermana lo tuvo con ellos!, pero tambien se le pasó!, muchas gracias x tu coment!, y bienvenida!, me alegra que te guste mi blog! ^_^, besotes y abrazotes!

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